Comentario de COLUMNAS PERIODÍSTICAS
Columna de Manuel Vicent
El árbitro EL PAÍS 04/07/2010
Se ha dicho que el partido
de fútbol ideal es aquel que se gana con un penalti injusto fuera del tiempo
reglamentario. El error constituye la esencia de este deporte, generalmente
aburrido, que utiliza la mayor parte de los noventa minutos de juego en un insulso
peloteo en medio del campo, carente de emoción. Solo el error clamoroso del
árbitro es capaz de encender el fuego en las gradas, que al día siguiente
llenará de disputas, de burlas y de gritos las oficinas y las barras de los
bares. Aparte de esto, es el único deporte que muestra ante el público el vigor
de un veredicto inapelable. En la vida ordinaria cualquier acción ante la
justicia tiene posibilidad de recurso. El delito tiene mil formas de
escabullirse o de aplazar la sentencia y el agravio puede tardar años en ser
reparado. Solo en el fútbol sucede un hecho ejemplar. A estos futbolistas de
élite, divos multimillonarios con novias espectaculares, con escudería de
ferraris y maseratis, miles de fanáticos que les piden autógrafos y niñas
adolescentes que se arañan el rostro al verlos de cerca y se agolpan para
arrancarles los botones y llevárselos de recuerdo, he aquí que un árbitro, ante
una simple protesta, les muestra la tarjeta roja, les manda a la caseta y ellos
agachan la cabeza y obedecen. Solo en el fútbol sucede que el acta redactada
por el árbitro, en general, sea la primera y última instancia acatada por las
autoridades deportivas. De otro lado, el árbitro concierta todas las iras del
público y asume los insultos, blasfemias y desplantes que el subordinado no
puede lanzar contra su jefe en la oficina o en la fábrica. Cuantos más errores
cometa el árbitro más limpios y purificados por dentro salen del campo los
espectadores al final del partido. Me gustaban más los árbitros cuando vestían de
negro. Ese atuendo era más acorde con el efecto expiatorio que tienen atribuido
por la sociedad. Hay partidarios de introducir la tecnología en el terreno de
juego, pero si el fútbol es un deporte todavía excitante se debe al elemento
irracional que introduce el árbitro con esa sensación de que su error en el
penalti puede desencadenar un cataclismo en el universo. No hay nada más
ejemplar que esta justicia expeditiva: error, tarjeta roja y a la calle.
Atrévase usted a hacer eso con su jefe.
RESUMEN:
Manuel Vicent, en este artículo publicado en
EL PAÍS, reflexiona sobre las diferentes repercusiones de los errores
arbitrales, no solamente desde un punto de vista estrictamente futbolístico (lo
que ocurre en estadio), sino también sociológico: las reacciones emocionales
del público y de los hinchas, así como la función del árbitro de fútbol en el
mundo del siglo XXI.
TEMA:
El tema de
este artículo es la cuestión de los errores del arbitraje y su influencia
en el fútbol y en la sociedad. Por otra parte, Manuel Vicent defiende una tesis contraria
a la introducción de medios tecnológicos en el arbitraje futbolístico.
ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
Este artículo periodístico de Manuel Vicent
está redactado, en su estructura externa, en un sólo párrafo precedido de
un titular, pero, al tratarse de un texto argumentativo, presenta una
organización de las ideas basada en los siguientes elementos:
- Primera parte (Líneas 1-6): Introducción, el autor señala el tema de su artículo: los errores arbitrales en el fútbol y añade que, en su opinión, constituyen lo más interesante y emocionante del fútbol.
- Segunda Parte (desde la línea 6 a la 23): Desarrollo de la argumentación: el autor compara las decisiones arbitrales que suelen ser inapelables con el hecho de que en la vida cotidiana las decisiones de la justicia conocen recursos, apelaciones, aplazamientos... También señala el hecho de que los futbolistas, a pesar de ser millonarios, influyentes y poderosos, y el público, a pesar de su enfado, sus gritos y protestas, acaban acatando las erróneas decisiones arbitrales.
- Tercera Parte (desde la línea 23 hasta el final del artículo) Conclusión: el autor expone su tesis: Frente a los que proponen introducir medios tecnológicos para reducir el número de errores arbitrales, Manuel Vicent piensa que precisamente el error arbitral es lo más ejemplar del deporte.
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