lunes, 22 de abril de 2019

Comentario del soneto XI de Garcilaso de la Vega



Hermosas ninfas, que, en el río metidas,
contentas habitáis en las moradas
de relucientes piedras fabricadas
y en columnas de vidrio sostenidas;

agora estéis labrando embebecidas
o tejiendo las telas delicadas,
agora unas con otras apartadas
contándoos los amores y las vidas:

dejad un rato la labor, alzando
vuestras rubias cabezas a mirarme,
y no os detendréis mucho según ando,

que o no podréis de lástima escucharme,
o convertido en agua aquí llorando,
podréis allá despacio consolarme.

Esta composición lírica es una de las mejores y más conocidas del poeta toledano Garcilaso de la Vega (1501-1536), introductor, junto con Boscán, de la lírica renacentista de influencia italiana y máximo exponente de este movimiento poético durante la primera mitad del siglo XVI. Garcilaso representa al perfecto cortesano renacentista del que hablaba Baltasar de Castiglione, pues conjuga en su persona “armas y letras”. Considerado como el primer poeta moderno por su tratamiento del tema amoroso, cultivó una poesía intimista, melancólica, cuyo estilo se caracteriza por la claridad, la naturalidad y el buen gusto.

Su producción literaria, exclusivamente poética, es breve; en metros italianistas: tres églogas, dos elegías, cinco canciones, una oda, una epístola y treinta y ocho sonetos. El poema que nos ocupa es el soneto XI y está dedicado probablemente a Isabel Freyre, dama portuguesa de la reina y musa de su poesía. Este poema lírico, perteneciente a su época de plenitud (iniciada a partir de 1532), demuestra el perfecto manejo del arte italianista que poseía Garcilaso. 

En este poema de Garcilaso encontramos los tópicos renacentistas. El ideal estético renacentista, la belleza integrada en la naturaleza armónica (locus amoenus). Referida tanto a los seres mitológicos (hermosas ninfas, que contentas habitáis…), como a la naturaleza idealizada (relucientes piedras, columnas de vidrio). El tema del amor, como eje central, que en este caso refleja la inconsolable desdicha del poeta.

Garcilaso encarna los valores del hombre renacentista, hombre de armas (muere defendiendo a su rey) y poeta (en contacto con la corriente literaria renacentista italiana). Al modo del amor cortés, llora la muerte de su musa (Isabel Freyre), como lo hizo Francisco Petrarta con Laura. Su obra es publicada, a modo de apéndice en la obra de un amigo, siete años después de su muerte.

Se trata, pues, de un soneto escrito por Garcilaso de la Vega (1501 ó 1503 – 1536), de influencia petrarquista, la lírica italiana que a lo largo del siglo XVI se extiende por Europa. La conoció durante su estancia en Nápoles, de ella se embebe y la introduce en España.

Es una obra lírica, escrita en verso. La forma de elocución que predomina es la descripción en la que expresa de modo subjetivo, en estilo directo y en primera persona, la inmensa tristeza de su alma..
En cuanto al tema del soneto, el poeta se dirige a unas ninfas que viven a la orilla del río y les pide que dejen la labor en la que están entretenidas para escuchar lo que quiere contarles. Les promete que no las entretendrá demasiado de sus ocupaciones habituales, porque es triste lo que les explicará, que o bien él se deshará en lágrimas o bien ellas, de tan tristes, dejarán de escucharle.

El tema del texto es la tristeza incontrolable del poeta.
Si analizamos el poema, en su estructura interna distinguimos dos partes:
a) invoca a las ninfas y describe sus moradas (primer cuarteto) y sus actividades (segundo cuarteto);
b) pide que les escuche y revela el motivo de su invocación (dos tercetos).

Se suele tomar el soneto como un texto poético de carácter argumentativo, en el que se presenta una idea (aquí, primer cuarteto); se desarrolla (segundo cuarteto y primer terceto) y se concluye (última estrofa). Entre los cuartetos, esta relación temática se comprueba en este caso con el uso del anafórico esto (vv.4 y 5). Como ya ha sido explicada la idea principal en el párrafo anterior, nos detendremos ahora en fijarnos en qué elementos dotan de cohesión al poema.

(MÉTRICA)
En lo que respecta a la métrica, el soneto está formado por dos cuartetos y dos tercetos, compuestos por catorce versos endecasílabos, de arte mayor. Su rima es consonante. Su esquema métrico es 11A, 11B, 11B, 11A; 11A, 11B, 11B, 11A; 11C, 11D, 11C; 11C, 11D, 11C.
Vs. 1, 8 sinalefa y sinéresis.
Vs. 4, 5, 7, 11, 12, 13, 14 sinalefa.
(ANÁLISIS PLANO FÓNICO, MORFOSINTÁCTICO Y SEMÁNTICO)

(Plano fónico: RECURSOS LITERARIOS)
Hermosas ninfas que, en el río metidas,
contentas habitáis en las moradas
de relucientes piedras fabricadas
y en columnas de vidrio sostenidas;

agora estéis labrando embebecidas,
o tejiendo las telas delicadas;
agora unas con otras apartadas,
contándoos los amores y las vidas;

dejad un rato la labor, alzando
vuestras rubias cabezas a mirarme,
y no os detendréis mucho según ando;

que o no podréis de lástima escucharme,
o convertido en agua aquí llorando,
podréis allá de espacio consolarme.
Figuras literarias
De orden:
Vs. 1, 3, 4 hipérbaton.

De repetición:
Vs. 5 y 7 anáfora.

De significado:
Vs. 1 epíteto.
Vs. 9 imprecación.
Vs. 13 hipérbole.

Figuras literarias: hipérbaton (v. 12 “no podréis de lástima escucharme”), hipérbole (v. 13 “convertido en agua aquí llorando”), antítesis (v. 12 y 14 “o no podréis… o… podréis”)

(PLANO MORFOSINTÁCTICO)
Utiliza un vocabulario sencillo con el que consigue transmitir un intenso sentimiento doloroso. Lo vemos en la utilización de sustantivos comunes. Los adjetivos resaltan la belleza del escenario: epítetos como “hermosas ninfas”, “relucientes piedras”, “rubias cabezas”.

Los verbos señalan claramente las dos partes del poema: los dos primeros cuartetos contienen verbos en presente de indicativo, al comienzo del primer terceto utiliza el imperativo (“dejad”) para terminar utilizando el futuro imperfecto.

En cuanto al tipo de sintaxis, abundan las oraciones coordinadas.
El poema comienza con una invocación a las ninfas y una proposición subordinada adjetiva que abarcará los dos cuartetos. En ellos hay coordinadas copulativas, disyuntivas y distributivas. El primer terceto se inicia con un verbo en imperativo, le sigue una yuxtaposición y una coordinada copulativa y termina con una subordinada adverbial consecutiva.

Nos encontramos con dos encabalgamientos; uno suave en los v. 2 y 3, y uno abrupto en el v. 9 y 10.
(PLANO SEMÁNTICO: localizar campos semánticos)

El tema del texto condiciona el uso de sustantivos y adjetivos relacionados con el amor y la fé. De esta forma encontramos términos relacionados con la naturaleza: río, moradas, piedras; naturaleza con la que se alía el autor para reconocer sus amores y preocupaciones

Resultado de imagen de locus amoenus

8 comentarios:

  1. Aver yo solo quiero que me expliqueis que cojones tiene de recursos literarios este texto y estoy buscando en 40 sitios que explican 3 paginas y no ahi nada de literario

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    1. EN esta entrada del blog hay un apartado de recursos literarios. Es el cuadro morado por si te cuesta ubicarte.

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  2. Indica de que se lamenta el yo lírico del poema. ¿Qué recursos expresivos se emplea en la última estrofa para reforzar el lamento?

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  3. En el poema se describe un una escena de inspiración mitológica. Explica en que consiste, como es la naturaleza que se describe y a que tópico clásico responde

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  4. Respuestas
    1. ¿por qué no tendría que hablar de ninfas?

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  5. Puto trabajo de literatura de mierda que me obliga a meterme en una web de mierda para fracasados

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