Hermosas
ninfas, que, en el río metidas,
contentas habitáis en las moradas
de relucientes piedras fabricadas
y en columnas de vidrio sostenidas;
contentas habitáis en las moradas
de relucientes piedras fabricadas
y en columnas de vidrio sostenidas;
agora
estéis labrando embebecidas
o tejiendo las telas delicadas,
agora unas con otras apartadas
contándoos los amores y las vidas:
o tejiendo las telas delicadas,
agora unas con otras apartadas
contándoos los amores y las vidas:
dejad un
rato la labor, alzando
vuestras rubias cabezas a mirarme,
y no os detendréis mucho según ando,
vuestras rubias cabezas a mirarme,
y no os detendréis mucho según ando,
que o no
podréis de lástima escucharme,
o convertido en agua aquí llorando,
podréis allá despacio consolarme.
o convertido en agua aquí llorando,
podréis allá despacio consolarme.
Esta composición lírica es
una de las mejores y más conocidas del poeta toledano Garcilaso de la Vega
(1501-1536), introductor, junto con Boscán, de la lírica renacentista de
influencia italiana y máximo exponente de este movimiento poético durante la
primera mitad del siglo XVI. Garcilaso representa al perfecto cortesano
renacentista del que hablaba Baltasar de Castiglione, pues conjuga en su
persona “armas y letras”. Considerado como el primer poeta moderno por su
tratamiento del tema amoroso, cultivó una poesía intimista, melancólica, cuyo
estilo se caracteriza por la claridad, la naturalidad y el buen gusto.
Su producción literaria,
exclusivamente poética, es breve; en metros italianistas: tres églogas, dos elegías,
cinco canciones, una oda, una epístola y treinta y ocho sonetos. El poema que
nos ocupa es el soneto XI y está dedicado probablemente a Isabel Freyre, dama
portuguesa de la reina y musa de su poesía. Este poema lírico, perteneciente a
su época de plenitud (iniciada a partir de 1532), demuestra el perfecto manejo
del arte italianista que poseía Garcilaso.
En este poema de Garcilaso
encontramos los tópicos renacentistas. El ideal estético renacentista, la
belleza integrada en la naturaleza armónica (locus amoenus). Referida tanto a
los seres mitológicos (hermosas ninfas, que contentas habitáis…), como a
la naturaleza idealizada (relucientes piedras, columnas de vidrio). El
tema del amor, como eje central, que en este caso refleja la inconsolable
desdicha del poeta.
Garcilaso encarna los valores del
hombre renacentista, hombre de armas (muere defendiendo a su rey) y poeta (en
contacto con la corriente literaria renacentista italiana). Al modo del amor
cortés, llora la muerte de su musa (Isabel Freyre), como lo hizo Francisco
Petrarta con Laura. Su obra es publicada, a modo de apéndice en la obra de un
amigo, siete años después de su muerte.
Se trata, pues, de un soneto
escrito por Garcilaso de la Vega (1501 ó 1503 – 1536), de influencia
petrarquista, la lírica italiana que a lo largo del siglo XVI se extiende por
Europa. La conoció durante su estancia en Nápoles, de ella se embebe y la
introduce en España.
Es una obra lírica, escrita en
verso. La forma de elocución que predomina es la descripción en la que expresa
de modo subjetivo, en estilo directo y en primera persona, la inmensa tristeza
de su alma..
En cuanto al tema del soneto, el
poeta se dirige a unas ninfas que viven a la orilla del río y les pide que
dejen la labor en la que están entretenidas para escuchar lo que quiere
contarles. Les promete que no las entretendrá demasiado de sus ocupaciones
habituales, porque es triste lo que les explicará, que o bien él se deshará en
lágrimas o bien ellas, de tan tristes, dejarán de escucharle.
El tema del texto es la tristeza
incontrolable del poeta.
Si analizamos el poema, en su
estructura interna distinguimos dos partes:
a) invoca a las ninfas y describe
sus moradas (primer cuarteto) y sus actividades (segundo cuarteto);
b) pide que les escuche y revela
el motivo de su invocación (dos tercetos).
Se suele tomar el soneto como
un texto poético de carácter argumentativo, en el que se presenta una idea
(aquí, primer cuarteto); se desarrolla (segundo cuarteto y primer terceto) y se
concluye (última estrofa). Entre los cuartetos, esta relación temática se
comprueba en este caso con el uso del anafórico esto (vv.4 y 5). Como
ya ha sido explicada la idea principal en el párrafo anterior, nos detendremos
ahora en fijarnos en qué elementos dotan de cohesión al poema.
(MÉTRICA)
En lo que respecta a la métrica,
el soneto está formado por dos cuartetos y dos tercetos, compuestos por catorce
versos endecasílabos, de arte mayor. Su rima es consonante. Su esquema métrico
es 11A, 11B, 11B, 11A; 11A, 11B, 11B, 11A; 11C, 11D, 11C; 11C, 11D, 11C.
Vs. 1, 8 sinalefa y sinéresis.
Vs. 4, 5, 7, 11, 12, 13, 14 sinalefa.
(ANÁLISIS PLANO FÓNICO,
MORFOSINTÁCTICO Y SEMÁNTICO)
(Plano fónico: RECURSOS
LITERARIOS)
Hermosas ninfas que, en
el río metidas,
contentas habitáis en las
moradas
de relucientes piedras
fabricadas
y en columnas de vidrio
sostenidas;
agora estéis labrando
embebecidas,
o tejiendo las telas delicadas;
agora unas con otras
apartadas,
contándoos los amores y las
vidas;
dejad un rato la labor,
alzando
vuestras rubias cabezas a
mirarme,
y no os detendréis mucho según
ando;
que o no podréis de lástima
escucharme,
o convertido en agua aquí
llorando,
podréis allá de espacio
consolarme.
|
Figuras literarias
De orden:
Vs. 1, 3, 4 hipérbaton.
De repetición:
Vs. 5 y 7 anáfora.
De significado:
Vs. 1 epíteto.
Vs. 9 imprecación.
Vs. 13 hipérbole.
|
Figuras literarias: hipérbaton
(v. 12 “no podréis de lástima escucharme”), hipérbole (v. 13 “convertido
en agua aquí llorando”), antítesis (v. 12 y 14 “o no podréis… o… podréis”)
(PLANO MORFOSINTÁCTICO)
Utiliza un vocabulario sencillo
con el que consigue transmitir un intenso sentimiento doloroso. Lo vemos en la
utilización de sustantivos comunes. Los adjetivos resaltan la belleza del
escenario: epítetos como “hermosas ninfas”, “relucientes piedras”, “rubias
cabezas”.
Los verbos señalan claramente las
dos partes del poema: los dos primeros cuartetos contienen verbos en presente
de indicativo, al comienzo del primer terceto utiliza el imperativo (“dejad”)
para terminar utilizando el futuro imperfecto.
En cuanto al tipo de sintaxis,
abundan las oraciones coordinadas.
El poema comienza con una
invocación a las ninfas y una proposición subordinada adjetiva que abarcará los
dos cuartetos. En ellos hay coordinadas copulativas, disyuntivas y
distributivas. El primer terceto se inicia con un verbo en imperativo, le sigue
una yuxtaposición y una coordinada copulativa y termina con una subordinada
adverbial consecutiva.
Nos encontramos con dos
encabalgamientos; uno suave en los v. 2 y 3, y uno abrupto en el v. 9 y 10.
(PLANO SEMÁNTICO: localizar
campos semánticos)
El tema del texto condiciona el
uso de sustantivos y adjetivos relacionados con el amor y la fé. De esta forma
encontramos términos relacionados con la naturaleza: río, moradas, piedras;
naturaleza con la que se alía el autor para reconocer sus amores y
preocupaciones
Aver yo solo quiero que me expliqueis que cojones tiene de recursos literarios este texto y estoy buscando en 40 sitios que explican 3 paginas y no ahi nada de literario
ResponderEliminarEN esta entrada del blog hay un apartado de recursos literarios. Es el cuadro morado por si te cuesta ubicarte.
EliminarIndica de que se lamenta el yo lírico del poema. ¿Qué recursos expresivos se emplea en la última estrofa para reforzar el lamento?
ResponderEliminarEn el poema se describe un una escena de inspiración mitológica. Explica en que consiste, como es la naturaleza que se describe y a que tópico clásico responde
ResponderEliminar¿Por qué se habla de ninfas?
ResponderEliminar¿por qué no tendría que hablar de ninfas?
EliminarPuto trabajo de literatura de mierda que me obliga a meterme en una web de mierda para fracasados
ResponderEliminarSi putita
Eliminar